Batlle i Roig Arquitectura – Camino Mirador a las antiguas minas de yeso de Igualada (Barcelona)

Despacho: Batlle i Roig Arquitectura
Categoría: Premio A+ al mejor proyecto de Arquitectura de Espacios Públicos e Infraestructuras
Proyecto: Camino Mirador a las antiguas minas de yeso de Igualada (Barcelona)

 

Descripción del proyecto

 

La propuesta se enmarca dentro del proyecto global de la Anillo Verde de Igualada, que busca generar un conjunto de itinerarios para peatones y bicicletas en forma de cinturón verde en el perímetro de la ciudad. Esta nueva infraestructura verde de movilidad sostenible quiere establecer un sistema de espacios libres perimetrales que funcionen en red, aptas para la realización de actividades de ocio respetuosas con el medio ambiente, adecuando y recuperando, en buena medida, espacios actualmente degradados o infrautilizados. En este contexto, el camino de las minas de Yeso, supone la adecuación de un tramo de 1,65km, de los cuales se ha ejecutado los primeros 800m.

El espacio natural por donde transcurre el camino se encuentra situado en el perímetro norte de la ciudad de Igualada y presenta un estado altamente degradado. Fue objeto de una intensa actividad extractiva del yeso existente en el subsuelo (Guixeres del Claret y del Pelfort). Posteriormente, una vez esta actividad cesó, la zona fue utilizada como estación de transferencia de residuos municipales. A finales de los años 70 este uso también cesa y el ámbito queda totalmente abandonado sin que se haga ningún tipo de actuación correctora o de recuperación.

El proyecto parte de dos objetivos principales: uno de conectividad, adquiriendo la continuidad de este proyecto global de escala de ciudad (Anillo verde) y un segundo de recuperación paisajística y de biodiversidad, estableciendo los elementos necesarios para generar una nueva dinámica en el lugar que mejore progresivamente sus condiciones ambientales mediante el aprovechamiento de agua.
La propuesta aprovecha la plataforma existente para configurar este nuevo tramo del anillo verde. Su trazado se plantea mayoritariamente por el margen exterior con tal de potenciar las vistas sobre la ciudad de Igualada.

La geometría con la que se formaliza permite que el nuevo camino se adapte de manera óptima a las irregularidades de esta plataforma y al mismo tiempo pueda acercarse a la vegetación y las sombras existentes o bien potenciar unas determinadas visuales. Así mismo, el camino se complementa con un a sucesión de pequeñas zonas de descanso colocadas estratégicamente en los lugares de mayor interés. Este tramo del recorrido culmina en un mirador final que vuela en forma de balcón sobre la montaña, disfrutando de una visual privilegiada sobre la comarca de la Anoia y la montaña de Montserrat.

La innovación de la propuesta radica en la tecnificación de soluciones convencionales para la construcción de los caminos, con tal de adquirir unas mayores prestaciones a nivel de accesibilidad, visibilidad, durabilidad y renaturalización del entorno, con una óptima relación de gastos, y una máxima eficiencia de la huella ecológica.

El simple firme de un camino puede ser objeto de múltiples consideraciones técnicas y innovaciones. La propuesta hace un trabajo de análisis y búsqueda sobre las diferentes capas del camino con la voluntad de aportar mejoras que aumenten las prestaciones, reduzcan el mantenimiento y potencien el reciclaje. Al mismo tiempo, se busca la máxima especialización y eficiencia de cada una de las soluciones constructivas por tal de optimizar los recursos económicos, pudiendo así introducir mayores equipamientos para el camino dentro del presupuesto disponible.

La franja granular del pavimento es una mezcla de todo-uno y arenisca estabilizado con calcio. Esta mezcla tiene un acabado blando pero con unas buenas prestaciones mecánicas debido a la mejora en la granulometría que le aporta al todo-uno. La estabilización con calcio le proporciona mayor resistencia a las erosiones producidas por el tránsito de bicicletas y en los tramos con pendientes superiores al 6%. Al mismo tiempo, es un tipo de estabilización de muy bajo coste, de fácil reposición y que no altera el color de la arenisca.

La franja de hormigón, complementada con los conjuntos de bancos, deviene un mirador lineal a lo largo del recorrido. Su amplitud, 1.2m, es la mínima para permitir una correcta accesibilidad e inclusividad. La composición del hormigón incorpora árido luminiscente. Este material acumula energía solar durante el día y la devuelve al ambiente durante la noche en forma de luminiscencia. No es luz, pero sí genera un efecto sutil de luminosidad que puede guiar en el camino durante las primeras horas de la noche.

El agua es un recurso preciado y se ha de gestionar con inteligencia. Bajo este principio, la propuesta configura un nuevo sistema de drenaje que aparte de controlar las aguas superficiales, intenta aprovechar el máximo con tal de infiltrarla en el mismo terreno, generando nuevas zonas húmedas.

El sistema de drenaje propuesto mediante cunetas y zonas de retención permite la renaturalización del entorno con mayor vigor gracias al aprovechamiento de las aguas de escorrentía. La franja inclusiva, en forma de cinta de hormigón de 1.2m, habilita la accesibilidad al recorrido para determinados grupos de personas. Al mismo tiempo, el canto de esta banda pavimentada permite ser seguido por personas con discapacidad visual.

Habiendo resulto los temas de agua y la inclusividad, la parte firme del camino puede ser granular. La proporción resultante entre las dos bandas permite que el camino continúe teniendo un carácter blando, idóneo en el contexto donde se sitúa. Asimismo, supone un uso muy eficiente de los materiales.

El agua es un recurso preciado y se ha de gestionar con inteligencia. Bajo este principio, la propuesta configura un nuevo sistema de drenaje que aparte de controlar las aguas superficiales, intenta aprovechar el máximo con tal de infiltrarla en el mismo terreno, generando nuevas zonas húmedas.

Una cuneta vegetal acompaña todo el recorrido recogiendo las aguas de la vertiente de la montaña y las del propio camino. A lo largo de esta cuneta se genera una sucesión de puntos húmedos donde la vegetación se puede desarrollar con mayor vigor. Esto se consigue mediante la construcción de sucesivos muros de piedra que tienen la misión de retener y alentar las escorrentías, reducir las erosiones y permitir la infiltración del agua del terreno.

La construcción de estos muros se hace mediante el aprovechamiento de las rocas provenientes de los pequeños desprendimientos de la montaña. Asimismo, un vertido ilegal de unos escombros encontrados dentro del ámbito al inicio de las obras aporta una cantidad suficiente de adoquines de graníticos con tal de configurar el coronamiento de estos muros. Los puntos bajos de la propuesta, a parte de configurarse como zonas de retención y infiltración, requieren de unos sobre ejes finales que permiten evacuar el exceso de agua en episodios excepcionales de lluvia. Estos elementos se configuran haciendo uso de la misma pieza de banco de hormigón prefabricado, complementada con una segunda que permita cerrar el canal.

El agua se convierte en un material más en la construcción del camino a lo largo del tiempo, siendo el catalizador de la renaturalización del lugar.