El Pabellón Santa Teresa, donde se interviene, es uno de los seis edificios que forman parte del colegio y residencia de la Comunidad Religiosa Teresiana de Ganduxer. El proyecto de construcción de la escalera de evacuación necesaria para el Pabellón Santa Teresa implicó un trabajo minucioso y exhaustivo para asegurar su integración armoniosa con el edificio existente de Gaudí. La integración con el conjunto escolar era de vital importancia.El colegio y residencia de la Comunidad Religiosa Teresiana de Ganduxer es un recinto conformado por seis pabellones, con la singularidad e interés que lo primero de ellos lo proyectó y construir Antonio Gaudí. El fundador de la comunidad teresiana, San Enrique de Ossó, encargó, en 1889, el proyecto a Antonio Gaudí con una triple misión: situar el colegio primario femenino de estudios, la sede principal del consejo General y un internado para niñas.El colegio ha experimentado un crecimiento constante a lo largo de los años, y su evolución educativa y constructiva ha sido constantemente adaptada a las necesidades y exigencias de un complejo educativo moderno. La singularidad del conjunto, clasificado como Bien Cultural de Interés Nacional, ha supuesto una cura especial tanto del edificio como de su entorno. La dirección de la escuela ha estado muy comprometida al mantener esta integridad a lo largo del tiempo.Para conseguir el reto, la dirección de la escuela ha ido ordenando todos sus espacios, ampliando dotaciones y adaptándose a las exigencias actuales de su actividad. Las intervenciones necesarias del recinto educativo han sido diversas, la última ha sido la construcción de la escalera de evacuación por el Pabellón Santa Teresa. Esta intervención era imprescindible para cumplir con la licencia ambiental del conjunto y garantizar la seguridad de todos sus ocupantes en caso de emergencia. La intervención principal requería la construcción de una escalera de evacuación en uno de los pabellones, que se encontraba adosado discretamente al edificio Gaudí, específicamente en el "Pabellón Santa Teresa" (construido en 1946). Este pabellón consta de un sótano, planta baja con entreplanta y tres plantas tipo. El proyecto de licencia ambiental se convirtió en una tarea compleja que requirió un trabajo detallado para asegurar su integración armoniosa con el entorno existente, así como para satisfacer las exigencias del patrimonio del Ayuntamiento de Barcelona. Fue necesario explicar y acordar los detalles del proyecto para minimizar su impacto en el pabellón Gaudí original y para asegurar que la nueva construcción se combinaría bien con la estructura preexistente.El proceso requirió el estudio detallado de la estructura del pabellón y de las diferentes posibilidades para ubicar la escalera de evacuación necesaria para garantizar la seguridad de los visitantes y los residentes del nuevo edificio. Finalmente, se decidió construir la escalera al exterior del pabellón, concretamente en la crujía central de la fachada lateral, con el objetivo de respetar la modulación existente y la simetría del edificio.La posición de la escalera coincide con el final de un pasillo interior que conecta longitudinalmente con una segunda escalera, dando acceso a todas las aulas. Para asegurar que la nueva construcción se integraría bien con el edificio Gaudí original, se tuvieron en cuenta el volumen de acceso del edificio, así como algunas de sus celosías, ritmos, transparencias y texturas. El resultado final es una nueva construcción que se funde con el pabellón original, respetando su estética y al mismo tiempo cumpliendo las normas de seguridad necesarias para un espacio de atención al público y residencia.El proyecto propone un volumen y cierre con una composición cerámica tradicional en celosía, con el exprés interés que a través de ella se visualice la fachada del pabellón existente y pueda comprenderse los diferentes periodos de intervención.Para conseguir una integración coherente y armónica con el edificio de Gaudí, el diseño de la fachada cerámica de la escalera fue desarrollado con un detalle constructivo muy preciso. Se utilizan perfiles metálicos para sostener la celosía, con un ritmo concreto que sigue las proporciones del edificio existente y crea una simbiosis entre ambas estructuras. La misma estructura metálica compositiva es el apoyo para los diferentes paneles cerámicos que fueron colocados artesanalmente, haciendo posible la creación de un patrón de colores y texturas que reflejaba la riqueza de la tradición cerámica de la zona. La fachada cerámica propuesta permite visualizar y comprender los diferentes periodos de intervención que ha sufrido el edificio a lo largo del tiempo. Así, la composición cerámica de la escalera no solo tiene una función estructural y estética, sino que también actúa como elemento didáctico y divulgativo del patrimonio cultural del edificio y de la ciudad.La escalera es una estructura prefabricada en metal para facilitar su montaje, garantizar una mayor precisión en los ajustes y una ejecución más rápida y eficiente. Así mismo, se realizó un trabajo detallado y muy complejo para asegurar que los niveles de acceso de la escalera coincidan con cada una de las plantas conectadas (las alturas de cada una de ellas era muy diferente), de forma que la evacuación en caso de emergencia sea segura y eficiente.Este proyecto arquitectónico ha estado también una oportunidad para re valorizar un espacio olvidado del colegio. La integración de la escalera con el edificio existente fue un reto importante, puesto que se trataba de mantener la coherencia estilística y respetar los valores arquitectónicos y patrimoniales de la obra de Gaudí.En resumen, la intervención en la escalera de evacuación del colegio Gaudí es un esfuerzo de integración armónica de la modernidad con la tradición, de la funcionalidad con la estética y de la seguridad con la responsabilidad. Una obra muy puntual que permite dignificar el espacio donde se encuentra.
