En esta Villa suspendida al borde del mar que reformamos en el Oeste de la isla, Mrs. y Mr. K. soñaban con un proyecto conceptual con un enfoque minimalista, líneas limpias y espacios tranquilos.Debido a su amor por la isla y la fascinación por la luz del mediterráneo, decidimos recrear la atmósfera Mallorquina en el interior de su hogar. En esta atmósfera Mallorquina, con su suelo de piedra sobre el que se anda descalzo, los muros de colores naturales y neutros propios de la isla y la apertura de los grandes ventanales al Mediterráneo, se respira una sutil esencia a Hygge, y es que a nuestros Mrs. y Mr. K les encanta disfrutar de un ambiente hogareño, íntimo y acogedor rodeados de amigos e invitados.Este proyecto fue un gran desafío a nivel programático ya que los propietarios querían aumentar la cantidad de dormitorios, baños y zonas en las que reunir a todos sus invitados, por lo que tuvimos que desarrollar una estrategia para hacer una explotación inteligente del espacio y encajar en él un programa más extenso.Por exigencias legales de la zona, tuvimos que mantener el volumen exterior en su origen en cuanto a apariencia, aún así logramos hacer algunas operaciones interesantes para abrir la fachada al exterior y construir una relación más fuerte con la plataforma de la piscina y con vistas al océano.La nueva piscina termina en una línea recta intensa de color azul oscuro que se funde con el mar potenciando la sensación de infinito.El recorrido interior, que fue una vez simétrico se organiza ahora rompiendo los ejes originales para crear un efecto de sorpresa y establece un camino hacia la luz que culmina en un lucernario bajo el cual se abre una puerta abierta a una terraza de vistas infinitas que mira hacia la suave línea que divide mar y cielo.
