Este pequeño pabellón alberga tan sólo una habitación que cumple el deseo de sus propietarios de dormir a ras de una huerta y bajo un tragaluz para ver el cielo de Aguilafuente. La construcción es un anexo de la casa originaria del siglo XVII, incluida en el catálogo de protección patrimonial, que encierra una huerta rural y a cuya tapia medianera se adosa como parte de ella, entre un avellano y un magnolio. La conexión se hace a través de un ligero porche metálico que salva la vegetación y que resuelve a su vez los recorridos, sombreamiento y protección de la lluvia.El pabellón es un volumen compacto con cubierta a un agua que incorpora el tragaluz en su parte más alta y que se enlaza en continuidad con el porche hasta convertirse en un canalón que vierte las aguas hasta un cercano pozo hacia donde se abren los espacios de baño. La construcción hace referencia al sistema constructivo de la tradición rural de Segovia, con su actualización a los sistemas modernos de la prefabricación de madera y el color verde oscuro busca la integración con la tapia y con los colores de la huerta y del jardín.
