Tradicionalmente, la instalación de climatización de los centros educativos se diseñaba para invierno, por lo que se dotaba a los mismos, exclusivamente de instalación de calefacción. Para ello, la calefacción se realizaba mediante producción a través de calderas de gas natural/gasoil y radiadores en cada aula. La ventilación se realizaba mediante ventilación natural a través de las ventanas de cada estancia.Con la aparición del CTE en 2006 se genera la necesidad de realizar ventilación forzada en cada espacio para poder cumplir con las necesidades de calidad de aire interior establecidas en el DB-HE-2, por lo que a partir de ese año se comienzan a instalar diferentes sistemas de ventilación en los centros educativos, ya sea a través de unidades de tratamiento de aire con recuperación de calor o sistema de renovación y filtrado de aire interior... Como práctica habitual, independientemente del sistema de ventilación escogido, se trataba el aire introducido a cada espacio, mediante baterías de calor en cada equipo, para elevar la temperatura del aire de renovación introducido a una temperatura neutra que no generase pérdidas internas, ni malestar en los usuarios (alumnos).Las posteriores modificaciones de la normativa de aplicación, obliga a diseñar edificios con menor demanda y consumo energético, por lo que se limita aún más el coeficiente de transmisión térmica de la envolvente de los edificios así cómo se limita el consumo, tanto de energía primaria como energía no renovable de los edificios. Adicionalmente, se limita el número de horas fuera de consigna, es decir, se limita el número de horas en que un espacio habitable se encuentra fuera de los niveles de temperatura operacional y ventilación establecidos.Ante estos cambios normativos expuestos, se plantea nuevamente realizar una adaptación de los sistemas de climatización de los centros educativos a las necesidades actuales, y se adoptan las siguientes medidas:1.Sustituir el sistema de producción de calor de calderas a bombas de calor (aerotermia) con mayores rendimientos energéticos y menores emisiones de CO2, dotando por tanto de producción de calor en invierno y producción de frío en verano.2.Sustitución de las unidades terminales, radiadores, que sólo emiten calor, por sistemas de climatización de frío y calor, ya sea suelo radiante, ventiloconvectores…Al estudiar las cargas térmicas de cada espacio, se comprueba que las ganancias debidas a cerramientos y cargas internas es muy inferior a las cargas debidas a ventilación, por lo que el caudal necesario para climatizar los espacios es inferior al caudal mínimo necesario de ventilación por aula. Ante esta situación, se plantea unificar las unidades terminales destinadas a combatir las cargas internas con las unidades terminales destinadas a introducir en el edificio el aire de renovación. Para ello se propone un sistema de climatización de todo aire exterior, mediante unidades de tratamiento de aire (UTA)