UP 48. EL REFUGIO. VIRAJE ARQUITECTURA

UP48 | EL REFUGIO

En una vasta área de extensos campos de cultivo, con las vistas de la Tramuntana como telón de fondo nace una vivienda pensada como refugio. Un lugar donde cobijarse del sol y del viento en un lugar, donde la sombra escasea. Un lugar donde todo está en orden. Un espacio donde la arquitectura enfatiza y pone en valor el terreno donde se implanta.

El proyecto se desarrolla en el municipio de Sa Pobla, una de las zonas rurales de Mallorca. Las connotaciones rurales marcan el  carácter del proyecto desde su concepción.

La vivienda se implanta en una extensa parcela agraria formando parte de un conjunto de parcelas de cultivos en las que las edificaciones aparecen salpicadas en el paisaje.

Desde el primer momento el carácter del lugar ha marcado el desarrollo del proyecto, tanto en su morfología como en su materialidad. Muros de hormigón que funcionan como fortaleza, y que se fusionan con trabajos artesanales. La dualidad entre innovación y tradición han sido punto clave en la propuesta.

El proyecto se entiende como una cubierta que se pliega y se extrusiona en longitudinal formando bajo ella los distintos espacios de la vivienda, porches cubiertos y patios que relacionan en todo momento el interior y el exterior y que enmarcan y focalizan las vistas de los campos de alrededor y de la sierra Tramuntana.

La fachada se presenta opaca y contundente. La cerámica se utiliza como excusa para conectar la vivienda con el lugar y con la arquitectura rural. De una forma controlada, el interior se muestra  al exterior a través de una celosía cerámica a toda altura. Es este elemento cerámico el que da la bienvenida al usuario y matiza, con sus luces y sombras, los interiores del porche de acceso.

Los terrenos rojizos y arcillosos, junto con la arquitectura vernácula de la zona, fueron clave para proponer elementos de cerámica en crudo que permitieran confeccionar la imagen y sensaciones del proyecto. Se pretende con ello que con el paso de los años, esa cerámica adquiera la pátina del tiempo, y que líquenes y mohos actúen sobre ella fusionándola aún más con el lugar, y arraigando la edificación al terreno.

En el interior se consigue una conexión con el exterior mediante la continuidad espacial de los techos que repiten en todo el proyecto los planos inclinados de la cubierta dotando de personalidad a cada una de las estancias. Esos techos conectan el interior con una serie de patios y los porches fusionan la vivienda con el exterior. Mediante la elección de materiales y colores en tonos grises, se consigue un carácter más contemporáneo en el interior apartándose un poco del aspecto rural.

Esto enfatiza aún más la dualidad entre tradición e innovación que se persigue desde el inicio.

Es por tanto un proyecto pensado desde el lugar, con una fuerte vinculación a él. Es un refugio para disfrutar y vivir un entorno tan característico y peculiar como es el entorno rural de Mallorca.