La arquitectura es siempre un resolver problemasO mejor dicho, detectarlos, hacerlos visibles, hacerse preguntas… Preguntarse qué significa dar clase, qué es la universidad, o qué queremos que sea.Preguntarse cómo se encuentran una calle ancha y rápida, en pendiente, como es ColombiaCon otra estrecha y lenta, y llana, como Fernán-NúñezNo será el espacio una materia muy rápida, o la materia un espacio muy lento?Que decía ChillidaKahn nos recordaba que “La escuela comenzó con un hombre bajo un árbol, un hombre que no sabía que era un maestro, y que se puso a discutir de lo que había comprendido con algunos otros, que no sabían que eran estudiantes. Los estudiantes se pusieron a reflexionar sobre lo que había pasado entre ellos y sobre el efecto benéfico de aquel hombre.Desearon que sus hijos también lo escucharan y, así, se erigieron espacios, y surgió la primera escuela”Tratamos de evocar ese árbolEse lugar tranquilo bajo cuya sombra acontece el diálogoPor eso se plantea el edificio como una concatenación de aulas que miran al norte, donde hay silencio, frescor, arboles y luz tenue todo el día. Como a la sombra de aquel primer árbolY en su cubierta, un jardín, con árboles bajo los que acontecerán historias…Las zonas comunes al sur, a la calle, y al ruido donde se habla y se comparte.Un muro cortina al norte, una galería al sur, una celosía al oeste.Pero la arquitectura es el fundamento del orden. También hay que ordenar la ciudad. El caminar ordena el territorio. Pone las cosas delante y detrás, a izquierda y derecha. Uno baja así por la calle Colombia. Pero basta levantar un menhir, una pequeña torre que resuelve la esquina y todo se ordena, aparece una calle principal y otra secundaria, se ajustan las velocidades, las direcciones, todo se ordena y se aparece claro, dominado por el cuerpo vertical que mira al oeste desde detrás de sus parasoles Nemo huc geometría expers ingrediatur, escribió Platón sobre la puerta de su academiaY con progresiones geométricas se resuelve. Con ritmo y matemáticas, las mismas del universo, que hacen que resuenen con él como un acorde de armónicos.Una torre que comprime el acceso. Una pequeña torre que contiene los despachos y puestos significativos y, sobre ellos las aulas más singulares. Una torre que descansa flotando sobre dos pilares en V que habilitan la entrada en un deslizar-se horizontal para acceder al vestíbulo vertical, respirar, levantar la mirada, y encontrar una gran sala, volcada al jardín interior, una grada, un aula al aire libre donde cada cual cierra el diseño decidiendo su uso, y una sala, un zócalo en baja capaz de contenerlo todo: el estudio, las relaciones sociales, una exposición, una conferencia, o varias o un mercado. Un lugar de intercambio. De intercambio de conocimientos, de intercambio de experiencias, de intercambio de energía. Porque eso es en realidad un espacio educativo, y más un espacio universitario: un lugar de intercambio.
