En un entorno donde tanto los proyectos de arquitectura, como cualquier otra iniciativa empresarial, social o creativa tienen un claro carácter interdisciplinar, el proyecto INVERNADERO se presenta como una alternativa funcional o espacial que va más allá de un mero coworking. Partiendo de que sus promotores somos sus primeros usuarios, trata de marcar el camino para incorporar a nivel de calle espacios heterogéneos que diluyan los límites de las competencias profesionales para generar oportunidades desde la cooperación y la flexibilización organizativa. Todo ello reutilizando el patrimonio abandonado del centro urbano para hibridar usos, conectar procesos y actividades y acortar las distancias entre agentes sociales y empresas favoreciendo una actividad económica más dinámica, rentable y sostenible.