La firma ilicitana Algorós encargó a Pablo Muñoz Payá Arquitectos la reforma de uno de los anexos a su fábrica destinado a sala de reuniones. La intención era conseguir un lugar cálido y acogedor donde poder encontrarse con sus clientes. La idea de la propiedad era ejecutar una primera intervención en esta pieza como inicio de una estrategia global de reforma integral de todas sus instalaciones. Se amplió el objetivo de esta primera fase con el replanteo de la marquesina y jardineras exteriores que dotan a la intervención de un sentido más global para que la experiencia de los visitantes sea mucho más enriquecedora.En el interior de la sala de reuniones aparece un lucernario metálico en forma de embudo que con un protagonismo principal ilumina de forma cenital la mesa. Las paredes longitudinales laterales se levantan para mostrar el jardín exterior, convirtiéndose en un zócalo de vidrio que deja entrar más luz a la sala. Estas ventanas corridas bajas permiten disfrutar de las jardineras sin restar privacidad a la sala por su reducida altura, por lo que el trasiego de personas en el exterior no restará concentración a los usuarios de la sala. La pared principal destaca por estar conformada con un paño de mármol de intensas vetas marrones confeccionado con grandes piezas dispuestas “a libro”. El mármol, elegido con sumo cuidado, nos traslada a la textura de la piel natural que utiliza la industria del calzado de la que esta empresa forma parte.Las paredes transversales y el techo se revisten con lamas de madera fonoabsorbente que contribuyen tanto al confort acústico como visual de esta sala de reuniones. En el otro lateral longitudinal aparece un panelado que oculta unos armarios de servicio a la sala y una puerta de acceso al distribuidor. Desde aquí se accede al aseo de las dependencias, que, continuando con la misma estética de ventanas bajas y dotado de un material porcelánico oscuro, trata de sorprender por su simplicidad.En el exterior una pérgola metálica acompaña a los visitantes desde el aparcamiento hasta la fachada de la fábrica y las oficinas, pasando por la nueva sala de reuniones, a la cual abraza por completo. La fábrica existente cuenta con todas sus puertas realizadas con la típica chapa nervada de ángulos rectos que se utiliza en industria. Tomamos el reto de realizar una pérgola atractiva con esta chapa tan funcional, mostrándola ligera, casi flotando, en su perímetro. Con esta misma chapa se genera la puerta de entrada a la sala de reuniones que dialoga con el aplacado de mármol al que se anexa.El jardín se deja regar por la luz del sol con un calculado recorte de la pérgola. Como si se tratase de un juego de reflejos, los vidrios inferiores de la sala de reuniones, se visualizan reflectantes desde el exterior, garantizando la intimidad de la sala.En este proyecto, el estudio de Pablo Muñoz Payá, gracias a la dirección de la firma Algorós y a su filosofía de empresa, logra redefinir el espacio de uso previo de almacén, consiguiendo una sala de reuniones atrevida, elegante y sofisticada.
