Se trata de una intervención en una de las manzanas más amplias del céntrico barrio de Chamberí en Madrid, en la que se ha liberado un gran espacio interior para destinarlo a zona ajardinada y piscinas, y se ha integrado con un gran patio de manzana, recuperando la idea original del planeamiento urbanístico de esta zona de la ciudad.La parcela estaba completamente ocupada por una edificación de menor altura que el resto, en la que se disponían viviendas con acceso desde galerías exteriores y una gran nave interior para aparcamiento de vehículos. La intervención sustituyó el edificio existente por uno nuevo de mayor altura alineado con la calle de Bretón de los Herreros, liberando el espacio del patio de manzana para disponer de un jardín con piscina de grandes dimensiones y de una pista de pádel.La arquitectura se adapta a la geometría de los edificios colindantes, con un lenguaje moderno en sus materiales, disposición y tamaño de huecos. La fachada se integra en el entorno, articulándose con la fachada vecina siguiendo el mismo ritmo compositivo. La edificación sobre rasante también se adapta en número de plantas y altura a sus medianeros (planta baja más seis plantas), siendo la última retranqueada a modo de ático. La planta baja dispone de una gran altura para locales comerciales, lo que permite tener una entreplanta en la zona interior en la que se proyectan cuatro viviendas tipo dúplex que disfrutan de jardín exterior, con una tipología de tres dormitorios con espacios en doble altura.En cubierta, los áticos son dúplex y tríplex con sus propias piscinas privadas.Dos sótanos que se disponen en casi la totalidad de la parcela se destinan a aparcamiento para las viviendas, trasteros e instalaciones.Una característica especial de esta promoción es que en las viviendas de planta los ventanales en esquina pueden abrirse de modo que uno de ellos se encastra en la pared y el otro en su ventanal contiguo, y así la esquina se convierte en terraza. Asimismo, los bajos están protegidos con unas lamas que son accionables y se transforman en marquesinas, dejando las viviendas totalmente abiertas.
