La Florida es un barrio de nueva creación. El plan urbanístico que lo desarrolló estableció un fondo de 20m en manzana cerrada con patio público interior como patrón edificatorio y el chaflán como solución característica de los encuentros entre los viales ortogonales. Dentro de esta trama, la parcela del proyecto supone un punto de excepción de la matriz urbana. Nos encontramos con un fondo de 30m y una discontinuidad del frente de manzana derivado de la solución abierta del edificio contiguo. La profundidad del solar obliga a la aparición de patios interiores de parcela, una tipología no reconocible en la oferta inmobiliaria del entorno.La propuesta convierte estos condicionantes de partida en oportunidades para dotar al edificio de una identidad propia y singular en un contexto sin referencias arquitectónicas.Se plantea así la fractura del bloque generando dos crujías independientes separadas por un vacío a modo de grieta que incorpore patios y núcleos verticales.Este corte se manifiesta en fachada articulando el diálogo del plano del chaflán interrumpido con los edificios colindantes.Para alimentar la estrategia se aplican colores opuestos a cada una de las crujías. La oscura orientada al norte y al ruido de la ciudad y la blanca para el atardecer, el espacio verde interior y las vistas al Aramo.La planta baja se plantea abierta al paso, conectando las dos realidades permitiendo descubrir la grieta de luz entre los portales.Compositivamente los alzados juegan a diluir el peso de las fachadas con grandes elementos volados de vidrio singularizando los huecos de la última planta como recurso clásico de remate.El ladrillo a cara vista incorpora una materialidad reconocible.
