El proyecto completa un pequeño vacío urbano, donde había ya una antigua edificación muy deteriorada. La parcela es estrecha e irregular, con las características típicas de la edificación propia del barrio del Ensanche de Barcelona: densidad, gran profundidad entre medianeras, patio interior de luces, uniformidad del nivel de cornisa y alineación de la fachada. Estas condiciones urbanas han conformado una personalidad característica al barrio, que trasladamos a nuestro proyecto, adaptándolas a las circunstancias de nuestro tiempo. La fachada hacia la calle recupera la antigua tradición artesanal del estucado “esgrafiado”, tan presente en la memoria de nuestra ciudad, mediante un proceso industrial de paneles de hormigón tintados y decapados. El edificio es un nuevo modelo de vivienda que propone incorporar coliving y coworking simultáneamente. Una combinación para crear una comunidad entre los usuarios que habitan en ella, tanto a nivel personal como profesional. La posibilidad de vivir en una comunidad multidisciplinar y multicultural posibilita numerosas interacciones de intercambio y enriquecimiento mutuo.